LLEGÓ LA HORA DE LA
VERDAD
Por: Félix Miranda Quesada
Todo lo que ha hecho el Partido Liberación
Nacional en el país, ha estado mal. Todo lo que ha hecho el Partido Unidad
Social Cristiana ha estado mal. Todo lo que pudieran hacer los Partidos Acción
Ciudadana, Movimiento Libertario, Frente Amplio y cualquier otro, estaría mal. Todos
los políticos son corruptos, deshonestos y no cumplen lo que prometen.
De los comentarios que escribimos
y leemos a diario en las Redes Sociales, en Blogs y Sitios Web y también vemos
y oímos en la Prensa Nacional, iguales o parecidos (poco más, poco menos) a los del párrafo anterior, esa pareciera ser la percepción general que
tenemos de “algunas” personas – los políticos – (bastantes, por cierto) de
nuestro país.
Pero, la gran interrogante es,
usted y yo que opinamos así, nuestros compañeros de trabajo, nuestros jefe,
nuestros colaboradores o subalternos, nuestros vecinos, todos ellos (nosotros) que
no son (somos) políticos ¿sí han (hemos) hecho las cosas bien, ninguno de ellos
(nosotros) es corrupto, todos hacemos y hemos hecho lo que prometemos y lo
hemos hecho bien?.
Creo que el primer acto de
honestidad por nuestra parte empieza aquí. Por un acto de reflexión y auto
evaluación sobre nuestra condición. Fácil es para cualquiera de nosotros
condenar en los términos más severos a los políticos y gobernantes, tan fácil
que lo hacemos a diario; lo que pareciera difícil es, admitir que las frases
condenatorias utilizadas para esas personas podrían aplicar a cada uno de
nosotros y por ello, mejor ni detenernos por un momento a pensar en esto
¿verdad?.
La corrupción es un mal endémico
Pero sí que vale la pena. Y
hablo, principalmente, de nosotros los funcionarios públicos, porque en la Empresa
Privada, el que la hace la paga. Pero en la Administración Pública, con las
marañas del debido proceso (por vivir en un Estado de Derecho), vivimos a
nuestras anchas, haciendo muchas veces lo que nos viene en gana, como nos viene
en gana y cuando nos viene en gana, sin que haya una autocrítica ¿para qué? y donde
el único juez o jueza es el anciano o anciana que tiene que soportar la
malacrianza de un o una oficinista o “jefe” de alguna Institución Pública, o el
administrado que debe tolerar que los funcionarios públicos de la Caja
Costarricense de Seguro Social, del Ministerio de Salud Pública, del Ministerio
de Educación (por mencionar solo algunas) pierdan su tiempo en nuestras propias
narices “vacilando”, haciéndose manicure, donde los únicos jueces son las filas
de personas que sin haber desayunado deben tolerar el apático “eso no me toca a
mí”, o “regrese más tarde”, o quizás, para nosotros los Licenciados y Másteres
en Educación con sus diferentes “especialidades”, los únicos jueces son los y
las estudiantes que deben tolerar la mala atención de personal administrativo o
deben tolerar que profesores y profesoras terminemos de ”mensajear”, “chatear”
o “hacer trabajos de la universidad en las aulas”, en nuestro tiempo lectivo.
(A todo lo de este párrafo aplican obviamente, las maravillosas y excelentes
excepciones, de quienes son todo lo contrario a lo que describo, mostrando
siempre excelencia en su desempeño).
¿O será que es corrupto quien se
roba algunos millones del presupuesto público, pero no soy corrupto yo, cuando
me robo 10 minutos diarios de mi trabajo, llegando tarde, que debería darle a
la sociedad a la que estoy comprometido a servir? ¿O cuando un médico
desatiende a los pacientes, por ver telenovelas, como nos los hemos encontrado
en muchas ocasiones?
En esta coyuntura política, en la cual se ha
demostrado la capacidad, no solo de crítica por parte de los ciudadanos, sino
también, la capacidad de expresión escrita y oral para los planteamientos
contra los “corruptos”, esta reflexión podría ser totalmente válida, tanto para
quien escribe, como para quien lee. Porque quien es corrupto, lo será en
Liberación Nacional, en El Frente Amplio, En la Unidad Social Cristiana, En el
Movimiento Libertario, En Patria Nueva o en cualquier otro partido político.
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